El cine en soledad o en pequeña compañía
_En los inicios del cine se popularizaron los aparatos individuales de proyección, y durante unos años (hasta 1907 más o menos) Estados Unidos se pobló con los ya míticos nickelodeones. Una parte del cine vuelve a través de internet a esta proyección solitaria del cine, pues normalmente en internet se ve cine solo frente a la pantalla del ordenador, aunque es posible conectar el ordenador a un televisor de gran pantalla y ver cine a través de la red en pequeña compañía, o no tan pequeña, claro, depende del tamaño de la pantalla...
_El cine contemplado en soledad puede ser que posea aún más una cierta raíz reflexiva o introspectiva del propio medio, además de la expansiva poesía que posee el mejor cine. Es difícil, por no decir imposible, seguir una película sin algo de calma, silencio y concentración, igual que es muy complicado seguir el hilo de un libro sin calma, silencio e incluso soledad para lograr la concentración necesaria. El cine, cuando es un arte, requiere espacio, tiempo y esfuerzo por parte de un espectador como poco receptivo. El cine quizá queda a medio camino entre una multiplicación (más que suma) de artes, una casi hipnosis profunda, una revelación del inconsciente y un maravilloso oleaje de poesía, difícil de apreciar sin el necesario silencio, respeto, atención, entrega, análisis, concentración y dedicación.
_El cine, proyectado en una sala convencional con sus habituales alborotadores y gente que no ha ido a ver la película (así lo paguen en el infierno), demasiadas veces no puede ser valorado en su justa medida, ni disfrutado. Sin embargo, a pesar del menor tamaño y calidad de sonido de los equipos de cine doméstico, incluso los más sencillos, permiten a una persona sola, incluso si es necesario con auriculares, sumergirse en el mar vigoroso de la película, sin distracciones. Y en internet, a pesar del menor tamaño y calidad habituales, se puede acceder a una película (sobre todo a multitud de cortos y mediometrajes) sin distracciones propias de la multitud.
_En la multitud suele disminuir la capacidad de concentración, de silencio, de respeto, casi siempre hay alguien que rompe la armonía, a veces por el perverso placer de incordiar. Es muy complicado mantener el sagrado rito de la proyección sin que alguien se levante, mire el móvil (o hable) comente la película, o incluso ronque... y cuanta más gente más probabilidades de que esto ocurra. Si no hay una comunión total de espíritu en la proyección quien más interés tiene en la película no puede disfrutarla como merece.
_Ver una película sin distracciones es más importante para apreciarla que las imperfecciones y defectos de una ligera pérdida de calidad, y la amplitud de la pantalla apenas es una cuestión de tamaño, que en este caso importa poco.
_Quizá el cine a través de internet se puede considerar un poco como el formato 8 mm cuando se hizo un hueco frente al término medio de los 16 mm y la calidad stándard del cine de 35 mm. Era la ocasión de abaratar los costes y fomentar la creatividad de autores que no querían seguir más normas que las de su propio corazón. El cine en internet, gracias a la generosidad de tanta gente que gratuitamente y sin ánimo de lucro, comparte joyas del cine de todos los tiempos, es hoy una oportunidad maravillosa de conocer y disfrutar tesoros que en ocasiones ni siquiera han sido editados ni debidamente restaurados. Y también es la ocasión de que nuevos cineastas y poetas del cine puedan alumbrar sus propias creaciones sin necesidad de pactar o acatar con las normas de una industria que por lo general piensa en el dinero (como toda industria) en vez de en el arte o la poesía. Y a nadie debe extrañar esto, quien tenga ambiciones artísticas debe saber que antes que nada el cine es un negocio y sólo a veces se intenta que sea arte, y aún menos veces llega a la poesía.
_El cine es caro, y tanto la revolución de las cámaras digitales como la difusión a través de internet son dos grandes esperanzas y realidades esperanzadoras para quienes tengan cosas que decir y no encuentren la financiación y la confianza plena en su creatividad, ambas cosas a la vez.
Es preferible, en mi opinión, que una película tenga una calidad de imagen mediocre pero creativamente sea auténtica y completamente libre que lograr una fotografía excepcional y sin embargo haber pactado cambios por motivos comerciales o ver como alguien ha mutilado una obra y encima en los créditos se hace al director responsable de lo que ya no es su obra. Erich Von Stroheim, desde su tumba aún maldice a quienes destrozaron "Avaricia".
_Internet y las cámaras digitales son magníficas oportunidades por las que cineastas de otras épocas hubieran dado seguramente un brazo y las dos piernas. El cine nunca ha sido tan accesible a quienes con pocos medios pueden llegar en realidad a mucha más gente que nunca, aunque la fama cada día está más cara pues cada vez hay más cineastas, pero la expresión personal nunca ha gozado de tan buena fortuna. Una persona sola, puede ver y/o crear, cada vez más cine en soledad o en pequeña compañía.
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