
Arsénico por compasión, de Frank Capra
*********************************************************************sam ordet
_A lo largo de los años, muchos, he ido viendo y viendo, amando y amando cada vez más el cine como medio de poesía. Hace un año me entró una fiebre aún mayor, una pasión enorme, voraz, por el cine. Arrebatado totalmente y con una pasión inexplicable pensé que alguien podría arriesgarse a abrir un video club de versión original en esta ciudad, al igual que sucede en ciudades más grandes, abrirlo sin tantos títulos pero con ese espíritu. Como suele suceder, los sueños a menudo tropiezan con las zancadillas de la realidad y para emprender algo así hacía falta un local, bastante dinero, y no disponía de ninguna de las dos cosas, por lo que la idea se quedó en el nombre que tendría el video-club, Arrebato de cine original. Como la pasión por el cine, no obstante, seguía inundándome creé este rincón de cine, que tanto me ha dado en realidad.
_Ahora me ha asaltado una idea. Lo más probable es que se quede en una idea y no pueda llevarla a la práctica o sólo en muchos muchos años, pero ahí va. Se trata de crear una película romántica, probablemente se llamaría así.
_Una película romántica
(esbozo de una película, idea general, tratamiento, concepto, espíritu...)
_Una película protagonizada por una pareja en la vida real, actor y actriz o no, que recree cómo se conocieron, qué sintieron, y exprese de manera sencilla, incluso con un tono documental, sus pequeñas y grandes cosas a lo largo de una semana, incluyendo hacia la mitad del metraje una sola escena de intimidad sexual completa (filmada sin música, montaje, movimiento de cámara) como expresión física de su deseo, pasión y amor. Esta escena se rodaría con pudor, con respeto, con cierta distancia y sin énfasis ni mojigatería, con las condiciones de iluminación y ambientación, decorado natural, vestuario... que la pareja protagonista eligiera.
_Más que guión habría una comunión de ideas entre la pareja protagonista y el espíritu que intento transmitir, tendría que basarse en la colaboración y el acuerdo en vez de en la dirección de intérpretes, que no serían marionetas obligadas o dirigidas para actuar o fingir, para conducirse de tal o cual manera sino que en pantalla aparecería naturalmente la revelación de los sentimientos interiores de la pareja. Se favorecería no sólo la improvisación sino que se mostraran con la mayor naturalidad posible. Más que de interpretar se trataría de mostrar y revelar, en gran parte de la película no habría realmente interpretación a excepción de en las escenas en las que recrearían cómo se conocieron, aunque más que interpretar en realidad sería recordar y revivir cómo empezaron a florecer como personas en pareja, la manera en que fue floreciendo su amor.
_Se rodaría a partir de las experiencias verdaderas que la pareja quisiera compartir y mostrar, a través del diálogo o a través de la recreación. En realidad el guión correspondería a la pareja protagonista, y el concepto de dirección sería muy relativo en cierto modo.
_Sería muy bueno que la pareja fuera de mediana edad, que rondara los 40 quizá, una edad en la que se tiene en teoría tanta vida vivida como vida por vivir. También sería bueno que la pareja fuera de las que pasan normalmente desapercibidas, ni atractiva, ni decadente, ni llamativa en ningún sentido, una pareja como hay muchas. Que pudiera verse cómo el amor logra iluminar sus ojos y al estar cerca se vuelven catedrales iluminadas.
_La película intentaría ser una película completamente romántica en el sentido de mostrar la pasión, el deseo, la ternura, las complicaciones, los malentendidos, los problemas y también la expresión sexual sin velos ni zooms, naturalmente. El espíritu sería el de revelar lo que tantas parejas afortunadas viven, y no dejar la expresión sexual en el fundido en negro ni hacer del sexo un tema único como en el cine sexual, que es un cine digno pero gira alrededor de un tema único. La película intentaría mostrar con naturalidad tanto el encantamiento como las peleas, los distanciamientos y también la expresión sexual porque todas esas cosas son naturales y les suceden más o menos a todas las parejas. Cada pareja tendría su propia historia, claro, y en cada pareja hay matices y circunstancias distintas, por lo que sería una película sobre una pareja concreta, con la esperanza de reflejar lo que muchas parejas viven.
_Aunque la película en realidad intentaría alcanzar mucho no pretendería ser la película romántica definitiva o algo así, sino más bien una de tantas posibles películas románticas. Sería muy importante que la pareja, sin ser llamativa, tuviera verdadera personalidad propia, que de ninguna manera pareciera tópica o estereotipada. Hay personas que aparentemente son como todo el mundo y al conocerlas te das cuenta de que simplemente se camuflan en la multitud pero en realidad tienen una gran personalidad, ideas propias, pero carecen de la necesidad de llamar la atención o incluso son bastante tímidos. Bastantes intérpretes y artistas en general, paradójicamente, son tímidos y se entregan al público...
_Se rodaría con un equipo pequeño, cámara, trípode, y quizá en digital de la mejor calidad posible, por economía y por interferir físicamente lo menos posible en el fluir de la relación. Se filmaría con serenidad sobre todo, especialmente en las escenas compartidas por la pareja protagonista, que siempre saldrían en el encuadre cuando estuvieran cerca. Se filmaría con cierta viveza un poco inquieta cada vez que la pareja se aleja y cada cual camina por su lado, sería un éxito que se notara que al alejarse, sin llegar a la zozobra, cada cual vive pero no puede vivir con la serenidad y alegría que surge cuando están cerca, que lo mejor de ambos crece y se revela cuando se acercan, cuando en realidad se difuminan los límites entre el tú y el yo, y tanto él como ella, son completamente él y completamente ella. Se crea una nueva aleación que trasciende en realidad los cuerpos y que quizá sólo puede expresarse del todo en la relación sexual, camino hacia el origen y camino hacia la trascendencia, revelación y entrega, poesía del cuerpo tanto como del alma. La película entera sería completamente romántica y completamente sexual en el sentido de que no hay romanticismo carente de sexualidad, pero se trataría de una película romántica porque se centraría en una pareja que afianza sus lazos, que crece a través de la entrega, de la pasión, de la ternura...
_La sexualidad más efímera me parece muy respetable, al igual que la sexualidad y las parejas homosexuales, esta película no abordaría estas otras realidades del amor y de la sexualidad, pero quizá pudiera seguirse el mismo planteamiento en esos casos, encontrar a una pareja protagonista homosexual que decidiera qué mostrar de su propia vida y qué recrear, y sencillamente estar ahí con la cámara intentando mostrar con naturalidad, sin molestar ni censurar, dejando fluir la vida. Aunque esas ya serían otras películas románticas...
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_Y por simple desconocimiento aquí no se hacen mención de títulos específicamente lésbicos o gays (ver http://anodis.com/nota/5388.asp?pag=1 ), al menos cuando entran en el terreno explicito, pero sí algún título que he podido ver digamos que de cine convencional, como "Mujeres de uniforme" o "Mikael", ambas magníficas películas con trasfondo lésbico y gay. Tampoco de prácticas sexuales muy específicas, que tienen sus subgéneros correspondientes, ¡que son sólo unos apuntes!.
_Por último, aunque no por esto menos significativo, apuntar que existen directoras de cine sexual, como Anna Riva y Gail Palmer, que debutaron en los 70, Candida Royalle que debutó en los 80 fundando su propia productora , o las recientes Lizzy Borden (que es lo opuesto a la sensibilidad femenina) y Erica Lust, por nombrar algunos ejemplos... que hay más, en España destacan Bibian Norai y Sandra Uve. Se tiende a considerar que el cine sexual sólo interesa a los hombres y sólo ofrece una visión masculina del sexo (cosa que es generalizar y reducir enormemente el género) pero existen miradas femeninas sobre la sexualidad, e incluso se habla de un porno para mujeres, aunque habría que aclarar que no hay un porno para hombres y un porno para mujeres, porque ni todos los hombres somos iguales ni todas las mujeres son iguales. De todas formas se ha acuñado ya el término porno para mujeres, lo que en parte es un avance, mujeres que reconocen consumir porno y hacerlo, el porno digo. Afortunadamente.
_Y en fin, que esto son sólo unos apuntes.... ¡el sexo es maravilloso pero inabarcable!
-Pensar la pornografía, Ruwen Ogien (Paidós, 2005) un libro muy interesante escrito por un filósofo http://www.paidos.com/autor.asp?codaut=443
- Sólo para adultos (Historia del cine X), Casto Escópico (La máscara, 1996)
-También recomiendo el artículo aparecido en EL PAIS, titulado La otra cosa, por JOSÉ ANTONIO MILLÁN (02/07/2005)
http://www.elpais.com/articulo/ensayo/elpbabens/20050702elpbabens_3/Tes/
Más adelante lo reproduzco, pero el enlace original es el anterior...
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citas_ algunas citas incluídas en Cine erótico, por Douglas Keesey (Taschen, 2005)
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=Para una mujer no hay nada más erótico que ser comprendida. _Molly Haskell
=Yo no inventé el sexo. Yo lo redescubrí, lo destapé y añadí un par de acepciones que nunca se le ocurrieron al señor Webster. _Mae West
=Sé algo de cocina. Puedo ocuparme de los niños. Si no hay niños puedo ocuparme de ello. _en Escándalos romanos
=El censor es un hombre que sabe más de lo que considera que uno debe saber. _Laurence Peter
=Existe la viagra. ¿Por qué está permitida la excitación química, pero no la visual? _James Ferman
= -Creo que voy a besarte
-¿Cuándo estarás seguro? _en Flor de cactus
=Es incluso mejor si tú me ayudas. _en Tener y no tener
=Ernst Lubitsch era capaz de hacer más cosas con una puerta cerrada que la mayoría de directores modernos con una bragueta abierta. _Billy Wilder
=Sólo silba. ¿Sabes silbar, no? Juntas los labios y soplas. _en Tener y no tener
=El sex appeal es un 50% de lo que tiene una y otro 50% de lo que la gente cree que tiene una. _Sophia Loren
=Usando la imaginación se puede mirar a cualquier actriz y verla desnuda. Espero hacerles usar esa imaginación. _Hedy Lamarr
= -¿Qué estás haciendo?
-Si no lo sabes es que lo estoy haciendo mal _en Nacida ayer
= -Hablando de caballos tiene clase, pero desconozco hasta dónde puede llegar.
-Depende mucho del jinete _en El sueño eterno
= -Eso que lleva puesto es casi un vestido. ¿Con qué lo sujeta?
-Con pudor _en Un americano en Paris
=Tu nombre empieza con una caricia y termina con el restallar de un látigo. _Jean Cocteau a Marlene Dietrich
=(Greta Garbo) te hacía pensar que, si tu imaginación debía pecar, al menos podía estar contenta por lo impecable de su gusto. _Alistar Cooke
= -¿Por qué me has traído aquí?
-¿No eres ya mujer para saberlo? _en El caíd
=No podrán censurar la chispa de mis ojos. _Charles Laughton
=Me gustan tanto las ostras como los caracoles. _en Espartaco
= -¿Es pornografía o es arte?
-Si está bien enfocado es pornografía. Si está desenfocado es arte. _en El año que vivimos peligrosamente
=La pornografía no está en las manos del niño que descubre la sexualidad mientras se masturba sino en las del adulto que le abofetea. _Bernardo Bertolucci
=Nunca consigo cerrar las cremalleras. Quizá signifique algo. ¿Usted qué cree? _en Gilda
=Sí, me dio clases particulares detrás del púlpito una Nochevieja. Él gritaba "arrepiéntete, arrepiéntete", y yo le suplicaba "sálvame, sálvame". _en El fuego y la palabra
=Para mí el amor es muy profundo. El sexo sólo consiste en unos pocos centímetros. _en Balas sobre Broadway
=Gracias, he disfrutado de cada centímetro. _Mae West
= -¿Es verdad lo que dicen de ustedes? ¡Oh, es verdad!
-Disculpe señora, siento decepcionarla pero lo que está chupando es mi brazo. _en Sillas de montar calientes
= -¿Quieres que hagamos una escena de sexo?
-¿Una escena de sexo? Creo que no estoy preparado para ninguna escena, pero si quieres podemos
ensayar juntos. _en El dormilón
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más
(algunas webs pueden contener imágenes de contenido sexual explícito, sólo para adult@s)
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www.filmsite.org/sexinfilms.html (en inglés, un poco de historia)
www.filmsite.org/sexualfilms.html (en inglés, un poco de historia)
www.doctorg.com/classicadultfilms.htm (en inglés, clásicos del género)
http://www.adultfilmdatabase.com/ (base de datos del cine sexual)
http://www.iafd.com/ (base de datos de cine sexual)
http://www.avn.com/ (en inglés, noticias, premios, dvd, video...)
-
http://seronoser.free.fr/laincineradora/x1.htm sucinta historia del cine x
http://seronoser.free.fr/laincineradora/x2.htm parte 2
http://seronoser.free.fr/laincineradora/x3.htm y parte 3
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http://anodis.com/nota/5388.asp?pag=1 un poco de historia del cine sexual gay
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(incluyo el interesante artículo extraído de EL PAIS)
La otra cosa, por José Antonio Millán -publicado en EL PAIS (02/07/2005)
En palabras del Arcipreste de Hita (siguiendo a Aristóteles), "el hombre por dos cosas se mueve": la primera por conseguir el sustento; la otra cosa era... eso. Dado el inmenso auge de la literatura gastronómica, sorprende un poco que (salvo en circuitos especializados) abunden tan poco las publicaciones dedicadas a los placeres de la carne. Los azares o los designios editoriales han hecho coincidir dos libros del mismo sello, dedicados uno a la lujuria y otro a la pornografía, ambos escritos por filósofos (británico y francés, respectivamente).
Simon Blackburn (autor de libros tan populares como Pensar y Sobre la bondad) aceptó el envite de dictar una de las conferencias sobre los siete pecados capitales que programaron Oxford University Press (Estados Unidos) y la biblioteca pública de Nueva York. Se califican de pecados "principales" porque provocan a su vez otros pecados. La lista que hoy manejamos se debe a Gregorio Magno, en el siglo VI (para una información autorizada sobre estas siete lacras... y las virtudes opuestas, véase la enciclopedia web de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María en http://www.corazones.org).
Todos hemos sentido los embates de la lujuria, lo que excusa a Blackburn de intentar definirla (y a mí de glosarle): su tarea se limita a asediarla apelando a las armas de la literatura, de la filosofía, de la religión y de la ciencia. Dado que "buena parte de la literatura mundial está consagrada al amor erótico", y que las indagaciones sobr el tema con diversos propósitos son extensísimas, Blackburn no puede hacer un recorrido sistemático, sino un "paseo". Éste es ameno y sugerente, entreverado de citas y animado de ilustraciones. Comienza por el Deseo (¿por dónde si no?), y ahí acudirán los versos de Safo ("cuando / te miro un solo instante, ya no puedo / decir ni una palabra") y el peritaje de los neurofisiólogos acerca de los cuatro sistemas corporales implicados: del endocrino al genitourinario. Pasa por el Exceso (Hipócrates sembrará la idea de que los calvos lo son porque "con el trato sexual sus cabezas se agitan y calientan"), para desembocar en dos metáforas platónicas, que sitúan el problema desde la perspectiva personal y social, respectivamente: la pareja de corceles, el fogoso y el retenido, controlados por el auriga, y el andrógino primordial, dividido en dos mitades que desde entonces buscan ardientemente su reunificación... Aunque no todos buscan reunificarse: Diógenes y Oscar Wilde nos llevan en un paréntesis a tratar una solución lujuriosa al alcance de todos, la masturbación. Para el cínico Wilde "es más limpia, más eficiente y te encuentras con mejores personas".
cristiano ante la senda tenebrosa del sexo? Sus raíces se encuentran en san Agustín (que de lujuria sabía mucho), y su configuración nos lleva al sabroso debate sobre si en el Paraíso, antes de la Caída, hubo sexo entre Adán y Eva, y en caso afirmativo, si existió placer. Si el sexo es algo malo, como resulta, ¿qué hacemos con la procreación (con la que guarda cierta relación)?: ahí se estudian las posturas católicas sobre la fornicación dentro del matrimonio, que se remontan a santo Tomás, y las consiguientes sutilezas anticonceptivas (que permiten, por ejemplo, usar un calendario, pero no otros medios). Para tratar la ceguera y las ilusiones del amor erótico se recaba la colaboración de Shakespeare y Dorothy Parker. Para ésta, cuando la mujer dice al hombre que es suya, y éste jura pasión inagotable, "Señora, tomad nota de esto: / uno de los dos está mintiendo" (por cierto, la sensible traducción de Ramón Vilà se extiende afortunadamente a las piezas literarias insertadas en la obra). Y una interesante conclusión: si la elección es entre lujuria más ilusiones y lujuria a secas, no hay argumentos para preferir lo primero...
Hobbes viene a poner orden en este pantanoso tema, introduciendo una de las claves, la intersubjetividad, que Blackburn glosa así: "A le da placer a B. A B le place lo que A está haciendo, y a A le place el placer de B. Esto también debería placer a B" (el lector puede proseguir por su cuenta este juego de espejos). La sensación de unidad con otra persona que da el placer compartido se explica así por esta sensación de estar interpretando en conjunto una partitura no escrita... Pero toda una línea de pensamiento, que comienza en Kant, considera inevitable la degradación del objeto erótico. Un maravilloso poema de los años treinta de Edna St. Vincent Millay lo plantea, curiosamente, desde el lado femenino: "Yo, nacida mujer... me siento empujada... a cargar el peso de vuestro cuerpo sobre mi pecho... Quiero dejarlo claro: considero que esta ansia no es razón suficiente para mantener una conversación cuando nos volvamos a ver". Otro tema escabroso (realmente Blackburn no los elude) es el de saber si el deseo lujurioso es algo genérico, que puede encontrar su satisfacción en cualquier objeto, o si está dirigido a una persona en concreto. La cuestión es importante, porque afecta a la consideración de los medios en los que, en rigor, no hay un otro con el que trenzar el juego hobbesiano: prostitución y pornografía...
Pero de esto último quien sabe más es el filósofo moral Ruwen Ogien. Pensar la pornografía es un libro más árido que Lujuria: está escrito con la estructura lógica y el escalpelo de un filósofo analítico, y el resultado es frío (lo que quizá convenga a lo caldeado del tema). Ogien realiza un clarificador recorrido por la historia de las definiciones del concepto, que abundan, por la sencilla razón de que legisladores y educadores han venido considerando necesario proscribir el acceso a determinadas representaciones de contenido sexual. La revisión histórica es muy curiosa: mientras la pornografía era patrimonio exclusivo de las clases acomodadas, la cuestión no se considera problemática. Pero cuando aparecen los medios técnicos de reproducción (de la imprenta popularizada a la fotografía) la cosa cambia: "Las personas con opiniones hechas dicen que esas imágenes causan un considerable perjuicio a los demás", escribía Bertrand Russell, "pero ni una sola de aquéllas quiere reconocer que les han causado perjuicio a ellas". Y el tema de la protección de los más indefensos (antes, las clases populares; hoy, los niños) es constante en el discurso sobre lo pornográfico.
La extensión de Internet ha provocado un auge desmesurado en la oferta y el consumo de pornografía (en esto último España está muy a la cabeza de los países de nuestro entorno), lo que hace aún más necesaria la revisión que plantea Ogien. Los puntos debatidos son variados; por ejemplo: la pornografía, ¿puede considerarse educativa? Hay que reconocer que el cunnilinguis y la estimulación clitoridiana deben más a este género que a cualquier manual de educación sexual... ¿Es una forma insidiosa de discriminación sexual? Dependiendo de los estudios y las fuentes (y una baza clave de Ogien es presentar las encuestas "científicas" en su contexto ideológico), o bien la mujer es objeto único de degradación en las representaciones pornográficas: sometidas, violadas, golpeadas; o bien éstas degradan por igual a mujeres y hombres (muñecos erectos siempre disponibles); o bien, no hay degradación alguna. Otros temas a los que se pasa revista son los fenómenos de "saturación" ante el consumo constante y las dependencias psicológicas (o adicciones), o el sesgo homosexual (masculino) que puede estar tomando subrepticiamente la pornografía (heterosexual) contemporánea, con su énfasis en las felaciones y en la penetración anal.
es: ¿qué molesta, en definitiva, de la pornografía? Para Ogien está claro: que, a pesar de datos y estudios que señalarían su (relativa) inocuidad, choca con preconceptos demasiado arraigados sobre lo que debería ser la sexualidad humana. Y esto no puede extrañarnos: se trata de un tema que no sólo lleva preocupándonos desde mucho antes de Platón, sino que además tiene grandes implicaciones políticas: cualquier postura, a favor o en contra, crea extraños compañeros de cama, como el apoyo (luego lamentado) de cierto feminismo norteamericano a las posturas prohibicionistas provenientes del estamento más reaccionario del país. Cualquier control, por otra parte, exige definiciones claras de lo pornográfico, y éstas pueden (lo sabemos desde el Ulysses joyciano, y aun antes) convertirse en formas de censura.
Y es que ante el deseo, la lujuria (o sus representaciones), es difícil permanecer impasible, incluso con sentimientos contrapuestos. Quizá nadie lo retrató mejor que Woody Allen: "Vivimos en una sociedad demasiado permisiva. La pornografía nunca se había exhibido con tal impudor. ¡Y encima las imágenes están desenfocadas!".
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- artículo publicado en EL PAIS (02/07/2005)
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Y sólo una cosa más... la mayoría de las veces el erotismo y la risa van de la mano...
Hay quien habla de películas erótico-festivas, no es mal concepto, ¿verdad?.
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