17/9/08

algunas pelis

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El cantor de jazz (1927) Alan Crosland. La primera película hablada, parcialmente, de la historia del cine es al mismo tiempo un clásico del musical que ha sido reeditado en doble dvd con interesantes extras.
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Como un torrente (1958) Vincente Minnelli. El talento de su director extrae a este magnífico melodrama audaces propuestas visuales (como la sensacional escena en la feria) e interpretaciones que rezuman autenticidad. Una pequeña joya que merece ser más conocida.
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Feliz Navidad, Mr. Lawrence (1982) Nagisa Oshima. Una historia muy particular entre militares japoneses y sus prisioneros ingleses, también militares. Con interpretaciones de los músicos David Bowie y Ryuchi Sakamoto, y del director Takeshi Kitano, flotan en esta película, con la franqueza cruda y lírica de Oshima, el sentido del honor, la lealtad, la amistad e incluso algo más allá de la amistad entre hombres... Una película que sin duda era para el transgresor director de la paradójicamente púdica "El imperio de los sentidos".
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La fortuna de vivir (1999) Jean Becker. Una espléndida película que expresa la alegría de vivir, la felicidad de ser libre y la libertad de ser feliz, además del valor de la amistad y el valor del humor y la ternura. Por suerte aún hay quien tiene como fórmula magistral para la vida el "amor y humor". Una de esas películas que hacen más grande el corazón.
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El último harén (1999) Ferzan Ozpetek. En el femenino mundo del último harén turco la sensualidad, el placer y las riquezas materiales se enfrentaban a las bajezas morales, disputas y traiciones femeninas. ¡Muchas mujeres en poco espacio! Un relato evocador, clásico y nostálgico que recrea el auge y declive, con sensibilidad, de aquella fantasía masculina.
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Veinte años no es nada (2004) Joaquim Jordà. A finales de los 70 Jordà filmó la experiencia de autogestión de los trabajadores de la empresa Numax. Más de 20 años después el director filma este documental en el que se reencuentra con muchos de aquellos trabajadores de espíritu libre que creyeron que podrían cambiar el mundo. Evidentemente no cambiaron el mundo pero no dejaron que el mundo les cambiara, no lograron quizá sus sueños pero no se resignaron a la pesadilla capitalista, dijeron no a la explotación y emprendieron sus vidas con autenticidad, mucho más allá del suicidio de la resignación y de la "patología de la normalidad" de la que habló Erich Fromm. Por desgracia experiencias de tal capacidad de empatía, solidaridad y esperanza parecen casi utópicas en este mundo actual poseído por el individualismo a ultranza, pero quizá el cambio climático también nos cambie como personas, ¡ya sería hora!.
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Caramel (2007) Nadine Labaki. Maravillosa película ambientada en Beirut alrededor de un salón de belleza femenino. Llena de frescura, buen humor y sensibilidad, renombrados directores podrían aprender mucho sobre cómo abordar con chispa el universo femenino gracias a esta deliciosa (pero no empalagosa) película.
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