22/11/08

el sol del cine y sus nubarrones

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_El cine puede ser uno de los medios más maravillosos de expresión de la poesía de la vida, pero es más habitual que se quede varios peldaños e incluso sótanos más abajo, entre lo fácil, lo vulgar, lo mediocre y también lo nocivo, por estar normalmente encaminado de manera adoctrinadora y mercantil.
_El cine puede ser arte, o sólo entretenimiento (aunque no hay entretenimientos puros, simplemente inocentes, en todo hay un planteamiento de la vida, incluso en las películas ligeras en teoría) o un producto que sirve de pretexto cultural para el comercio, para hacer dinero a toda costa.
_El cine como industria es fácil de realizar siguiendo unos patrones efectistas y resultones que apelan a motivaciones humanas básicas de manera barata, vulgarizando planteamientos, eliminando el rigor y el análisis, rebajando por todas partes los matices de la vida, insultando la sensibilidad y la inteligencia del ser humano. Aún así, afortunadamente alguna vez una película premeditadamente mercantilista se hunde en una merecida ruina en taquillas, lo que significa que al público, incluso al menos exigente, no se le puede hacer comulgar con demasiadas ruedas de molino, o no con tantas.
_El cine como adoctrinador, político (dictatorial, capitalista… ) religioso o ideológico, no creo que necesite de mucho comentario o el comentario merecería estanterías enteras en una gran biblioteca. Baste con citar que las primeras medidas de Stalin, Hitler, Mussolini y Franco tuvieron que ver con el control sistemático de la producción y exhibición cinematográfica, para utilizar el cine con fines de propaganda. Aunque no hay que olvidar que en las supuestas democracias se produce cine adoctrinador, sin ser tan evidente, y aunque se produzca a menor escala.
_Y entre estas cloacas los cineastas intentan realizar películas en una industria, en una batalla a menudo muy desigual que refleja el díptico documental de Carlos Benpar titulado “Cineastas contra magnates" (2003) y “Cineastas en acción” (2005).
_También hay muchos más rincones turbios en el mundo del cine, como aborda Jaime Fuentes en “Un negocio de cine”, y afectan a todos los estamentos del mismo pero, por fortuna, todas estas cosas sólo son los nubarrones que nunca han evitado (al menos del todo) que el cálido y radiante sol del cine atraviese la oscuridad de la sala e ilumine, no sólo la pantalla, sino también nuestros corazones.

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http://www.libros2.ciberanika.com/desktopdefault.aspx?pagina=%7E/paginas/entrevistas/entre328.ascx
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http://www.comentariosdelibros.com/comentario-un-negocio-de-cine-1497idl1476idc.htm

-Un negocio de cine, Jaime Fuentes (Editorial Almuzara, 2008)
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