9/11/08

la chispa del sexo (no más sexo mediocre)

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_A veces me acuerdo de la defensa del cine pornográfico de Hoboken por Jonas Mekas. Digo que a veces me acuerdo porque pienso en lo que suelen ser las representaciones sexuales en el cine. Generalmente o se queda en una aburrida, pretenciosa, pedante o almibarada postal de directores con ínfulas de notoriedad, o pasa decididamente a engrosar la prolífica filmografía (sería un desafío inhumano ver todo el cine porno, cosa imposible) del cine sexual.
Y es incluso increíble y hasta vergonzoso para el propio cine en general, incluso para una parte significativa del porno seguramente (no soy un experto), que desde que existen las cámaras digitales e internet, se pueden ver vídeos caseros de contenido sexual explícito que resultan mucho más lúdicos, desenfadados, interesantes, sensuales y excitantes que películas o fragmentos de películas que se han rodado con mucho más tiempo y medios. Quizá sea el triunfo de la naturalidad, la escasez de medios, la imposibilidad del montaje, el pulso del instante, y el latido de una vigorosa cercanía llena de gozo y ternura, de picaronas sonrisas.
_Algo ocurre cuando una persona corriente coge una cámara y sin tonterías de guión, no te salgas de la marca, foco, ensayo ni historias, se planta delante de la cámara y fluye con una espontaneidad e incluso humor y calidez que por lo general se pierden en las representaciones sexuales.
_El cine parece que se toma el sexo demasiado en serio o no lo bastante en serio. Aún parece como un tabú, como algo que hay que ofrecer velado, con una fotografía almibarada en ocasiones, o sólo sugerido, y casi siempre sin esa chispa de complicidad y sonrisa que el mejor sexo desborda.
_Tanto sexo aburrido, mecánico, esteticista, pretencioso, o directamente vulgar y sin gracia, o con poco menos que coartadas intelectualoides o un conservadurismo latente de obligado happy end. Ya estará bien, ¿no?. El sexo puede ser varias cosas: un placer por el placer, como en "Intimidad", de Patrice Chereau, que se centra en el sexo lúdico; o también puede ser una expresión de una pasión arrebatadora, como en "El imperio de los sentidos", de Oshima; o uno de los motores de una relación duradera, romántica, como... no se me ocurre ningún título que verdaderamente explore hasta el final el romanticismo sin recurrir al fundido en negro, como si una parte importante del romanticismo no tuviera que ver con el deseo, con la atracción sexual.
_No se trata de llenar de sexo explícito, como en el género sexual, las películas, de lo que se trataría sería de que el sexo apareciera con naturalidad. El sexo, integrado con humor y naturalidad, mostrándose abiertamente, creo que sólo lo he visto en la película "Shortbus", de John Cameron Mitchell, que es tan fresca y divertida como necesaria en mi opinión.
_Algún día quizá se hagan más películas en las que el sexo tenga gracia, no una seriedad que está lejos del sentido espiritual y trascendente que el sexo también puede tener. La verdad es que estoy harto de ver películas no pornográficas que incluyen algún sexo explícito pero no tienen sino cuatro planos quizá para satisfacerse sexualmente, pero no humanamente. Creo que esas películas que se quedan a mitad, que realmente cogen un poco de sexo para llamar la atención en vez de que suceda naturalmente en una historia con un sentido, existen porque a la mayoría de la gente le parece un poco vergonzoso ver cine sexual o reconocerlo, y estas películas son la excusa para ver un poco de carne en movimiento sin que sea una porno.
_Sinceramente, si quiero ver sólo sexo prefiero incluso una porno del montón (una mala no, por favor) a una de estas obras que además suelen tener pretensiones artísticas, o ir de feministas, o ir de románticas, o ir de "el último grito en cine transgresor", y tonterías por el estilo.
_Y por cierto, el cine sexual tiene títulos que deberían hacer enrojecer (pero de vergüenza) a tantas películas que dejan el sexo en algo barato, vulgar, artificioso, empalagoso o mecánico, frío y previsible. Los clásicos "Garganta profunda", "El diablo en la señorita Jones" y "Tras la puerta verde" son algunos ejemplos, pero hay más.
_Es un llamamiento: ¡¡¡No más sexo mediocre. Sí más sexo alegre, con chispa, divertido, tierno, cálido y vitalista!!!
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