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_Hace unos cuantos años, 18 exactamente, el canal de pago Canal + empezó a emitir películas sexuales por televisión. Con una producción propia mejorable titulada "18 años para mayores de 18 años" el canal lo ha celebrado hace poco.
_El propio documental habla de cómo las audiencias eran mayores de lo que el propio canal, por un pudor mojigato, reconocía, y que se llegaron a hacer cortes en la primera emisión en las imágenes explícitas. También es para analizar el hecho de que al ser la primera vez que se emitían en España contenidos sexuales explícitos, lo que se llama porno o hardcore, había una especie de ¿qué va a pasar? ¡esto es sexo!. Esa sensación de alarma, como si fuera a ocurrir algo catastrófico también sucedió cuando televisión española programó un ciclo de cine erótico en el que sobresalía "El imperio de los sentidos". Alarma generalizada, y esa noche no pasó nada más allá de las alcobas, ¿qué iba a pasar?. Habría quien esperaría lo impensable...
_Y todo esto me da que pensar sobre lo que hemos avanzado y lo que no respecto al sexo. Hoy, con internet, cuyo tráfico de contenido sexual aumenta a la velocidad del deseo, suena a chiste que hubiera una época en la que emitir una escena explícita se considerara peligroso para una nación, que estuviera prohibido hasta 1984 el género hardcore. Más bien, para los más jóvenes, estas cosas deben parecerles entre ridículas y tristes, y lo eran, desde luego. Y ya si imaginamos la ñoñería sexual de la época franquista... Pero ahora que lo pienso incluso el plus se arrodillaba ante el viernes santo y ese viernes no emitía la porno del plus. Cosas de este país, cuya herencia inquisitorial y reverencial hacia un cristianismo oscurantista aún sigue más que presente a pesar de todo lo que se ha avanzado. Yo, que soy bastante agnóstico, la verdad, en la religión que podría creer sería en una como la que reflejaba Dreyer en "La palabra", esa religión luminosa en la que la sexualidad es tan sangre de la vida como los rayos del sol y el vuelo de las mariposas.
_En realidad, no hemos avanzado tanto respecto al sexo cuando hace poco el cartel anunciador de "Diario de una ninfómana", sugerente pero erótico en vez de explícito, se prohibió en Madrid, donde se pudieron ver durante semanas carteles de películas en las que abundaban mutilaciones, sangre derramada y lo que más les repugne, todo menos erotismo, menos sexo...
_Es verdad que en este país ahora se consideran legales las relaciones de pareja entre personas del mismo sexo, lo que no es pequeño avance, sin embargo, ¿cuánta gente lo desacredita públicamente o lo considera de segunda categoría o hipócritamente van de progresistas mientras en el fondo se creen superiores? Superiores, ¿por qué, por tener sexo con alguien del otro sexo en vez del suyo propio?. ¡Qué absurdo!. Yo, además, me moriré sin entender qué le importa a esa gente qué hace otra gente en la cama, o en su vida. Creo que se meten con los demás porque no son en absoluto felices, si lo fueran se dedicarían a ser felices en vez de a imponer su visión de la vida a los demás. Si una persona homosexual se nos acerca y nos dice si "entendemos", ¿tanto nos cuesta, si no nos interesa, decirle, "te comprendo pero no entiendo"?. A fin de cuentas, no creo que sea una ofensa, al menos yo nunca me he sentido ofendido, aunque yo lo que es "entender", sólo un poquito y de cine.
_Este país, de todas formas, parece que empieza a ser un poco mayor de edad en el sexo, este aniversario del plus llega en un momento en que se considera matrimonio tanto la unión heterosexual como la homosexual, a fin de cuentas todas las parejas bien mirado discuten, se hacen cariñitos, se reconcilian y esas cosas. Se puede hablar de sexo con una libertad y conocimiento impensables hace tiempo, ya era hora. Aunque las pegas de esta época son que el sexo se ha mercantilizado y banalizado hasta extremos increíbles, nos venden sexo para vendernos casi que cualquier producto, ¡eso sí es pornografía!, y el sexo se usa como reclamo para destacar en la vida social, ¡e incluso cultural! de una manera escandalosa. ¡Eso sí es escandaloso, no el porno!. Cualquiera se acuesta con alguien famoso y le falta tiempo para decir lo que hace o no en una cama, hay una hipersexualización enfermiza, y se están olvidando las potencialidades sensuales, trascendentes y amorosas del sexo en muchas ocasiones, aunque hay que felicitarse porque ahora incluso Philips piensa comercializar masturbadores femeninos, o como los llama todavía la sociedad consoladores. Menuda palabra mojigata, no creo que sea consuelo alguno sino regocijo pleno el que proporcionan esos aparatos tan divinos. ¿Me contradice alguna mujer al respecto? ¿A que no?. Bendito sea el sexo.
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_El documental de Canal +, aunque podría haber sido más profundo, está en www.plus.es (o estaba, que ahora no lo encuentro)
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