_Incluso su muerte tuvo una puesta en escena magistral: James Whale se ahogó en su piscina -probablemente fuera un suicidio- tras sufrir un tiempo atrás un ataque al corazón del que no llegó a recuperarse. Durante una década fue uno de los directores más prestigiosos de Hollywood. El estudio Universal le concedía toda clase de prerrogativas, sobre todo gracias a la exitosa saga sobre Frankenstein (1931,1935). Todo esto terminó cuando su película The road back (1937), una especie de continuación de Sin novedad en el frente (1930) fracasó en taquilla. Whale perdió su independencia y, años después, abandonó el mundo del cine.
_James Whale llegó a EE.UU. en 1928, cuando tenía treinta y nueve años. Anteriormente este británico había sido actor, escenógrafo y director en diversos teatros londinenses. El éxito que cosechó sobre las tablas con el drama bélico Journey's end le ofreció la oportunidad de rodar su primera película en Hollywood, una adaptación del mismo título de esa obra (1930). Su tercer trabajo para las cámaras fue Dr. Frankenstein (1931). A pesar de que también rodó comedias y musicales, debe su reputación a sus estilizados filmes de terror, como The old dark house (1932), La novia de Frankenstein (1935) o El hombre invisible (1933). Por lo que parece, el propio director consideraba que este último era su mejor largometraje.
_Si su homosexualidad, que vivía abiertamente, desató un buen número de habladurías en su momento, hoy ofrece la posibilidad de interpretar su obra desde una perspectiva distinta. El rechazo por parte de la sociedad que sufre el monstruo de Frankenstein por ser diferente suele considerarse el reflejo de las propias experiencias de Whale, que también era un marginado. Hasta su muerte, acaecida en Hollywood, James Whale conservó su estilo de vida británico. Bill Condon le brindó un homenaje póstumo con la oscarizada Dioses y monstruos (1997).
(en Cine de los 30, Jürgen Müller, Taschen, 2006)