30/1/08

directores para la historia: ERNST LUBITSCH

_Cuentan que en el entierro de Ernst Lubitsch, el director Billy Wilder comentó: "Nos quedamos sin Lubitsch". A lo que su colega William Wyler replicó: "Peor aún, nos quedamos sin películas de Lubitsch". Ernst Lubitsch era admirado por la absoluta elegancia, el buen gusto y lo refinado de sus películas. Junto a Wilhelm Murnau y Fritz Lang, Lubitsch formó parte del gran trío del cine mudo alemán. Igual que sus colegas, él también emigró a EE.UU. (1922). Y de ellos fue el más productivo. En 1947, cuando falleció a los cincuenta y cinco años a causa de un infarto, había dirigido 37 películas alemanas y 26 filmes estadounidienses.
_Hijo de padres judíos, Lubitsch nació en Berlín en 1892. Después de pasar por el teatro, llegó al cine, donde primero trabajó de actor y, pronto, también de autor y director. Rodó películas de distintos géneros, como el filme histórico Madame Dubarry (1919) o la comedia de tintes grotescos El gato montés (1921). Se fue a Hollywood en la época del cine mudo y posteriormente el sonoro le supuso menos dificultades que a muchos otros directores. En los años treinta dirigió cinco películas que se convirtieron en clásicos y que encarnaron de forma ejemplar su estilo de comedia: Un ladrón en la alcoba (1932), Una mujer para dos (1933), Ángel (1937), La octava mujer de Barba Azul (1938) y Ninotchka (1939). En la última, incluso hacia reír a la gran diva Greta Garbo, siempre tan seria. Sin embargo, la película más famosa del director es Ser o no ser (1942). En ella se narra la historia de una compañía de teatro de Varsovia que tiene que suspender la representación de una pieza antinazi después de la entrada de las tropas alemanas y, acto seguido, utiliza el vestuario para reírse como toca de la Administración nazi en sus propias narices. Tratar el terror nazi con humor: lo que aún se puso en tela de juicio en 1997 por causa de la película de Roberto Benigni La vida es bella, Lubitsch ya lo había hecho cincuenta años años.
-Cine de los 40, Jürgen Müller (Taschen, 2005)
.
añadir que...
El toque Lubitsch es sin duda de lo más maravilloso que ha habido en la historia del cine. Un genio.