El Nobel de Literatura Gabriel García Márquez viene a decir (perdón por citar de memoria) que se puede amar a varias personas a la vez, y a todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna, que el amor tiene más cuartos que un hotel de putas. Algo así dice Márquez, y yo además siento que se puede amar con la misma pasión el cine, y el arte en general, y el deporte, el fútbol (mi primer amor, y el primer amor nunca se olvida) en particular.
_Por eso me llama la atención que dos fenómenos mundialmente tan populares y económicamente rentables como el cine y el fútbol no hayan hecho muy buenas migas, y que el arte apenas se haya unido a este matrimonio, cuyos frutos han sido tan escasos, en cantidad y en calidad.
_En vez de ser un matrimonio glorioso, más bien sucede al contrario, y parece que el cine no logra expresar el espíritu del fútbol, un deporte que apasiona a más de medio mundo, y del que la televisión se ha convertido en planetario evangelizador, con audiencias millonarias.
_Las causas de este matrimonio muy mejorable, según Paco Gisbert (ver bibliografía) son varias. Entre otras cosas la expansión del fútbol se debió a los marineros británicos, pero el fútbol se consideró un deporte popular y las élites británicas no lo implantaron en sus colonias, ni arraigó en Estados Unidos, donde predominan deportes con tiempos muy fragmentados en los que el fútbol (con sus dos largos tiempos de 45 minutos y descanso de unos 10) no tiene apenas calado social. El hecho de que el fútbol no haya calado en Estados Unidos es importante en su relación con el cine porque la industria del cine más potente del mundo, sin valorar la calidad artística o meramente de producto comercial, se encuentra en EE.UU., con Hollywood a la cabeza.
_Sin embargo, curiosamente, el norteamericano John Huston realizó "Evasión o victoria" (1980), que quizá sea de las mejores películas que ha dado la combinación de fútbol y deporte, con la participación del mítico Pelé, probablemente el mejor futbolista de todos los tiempos. Habrá discusión sobre quién es el mejor, claro...
_Aunque, como es natural, en Gran Bretaña, al ser los inventores del fútbol ya se realizaron películas en la época silente y principios del sonoro, "The wining goal (1920), "The ball of fortune" (1926) o "The great game" (1930), parece que no se ha logrado transmitir la emotividad azarosa e imprevisible del fútbol.
_El fútbol no tiene el desarrollo clásico de planteamiento, nudo y desenlace, de hecho el nudo puede llegar hasta el desenlace final (como esos partidos que con empate a cero se resuelven con alternativas finales en los últimos minutos). En el fútbol la emoción aparece en cualquier momento, y como dice Valdano "en el fútbol nunca sabemos dónde está el nudo". Además en el fútbol la influencia del azar, del error, de la torpeza, o incluso las decisiones arbitrales o incluso el clima pueden decantar la balanza... Es difícil transmitir ese juego, el devenir de un partido en los cauces narrativos convencionales, expresar esa emoción.
_También hay otra dificultad al hacer una película creíble sobre fútbol al ser evidente que la mayoría de actores son malos futbolistas y la mayoría de futbolistas malos actores, cosa que el cine intenta disimular torpemente con el montaje, pero el montaje no puede sino ser una costura que se nota demasiado. Las transmisiones televisivas nos han acostumbrado a ver el desarrollo del juego sin montaje (o apenas, aunque sí a ver varias veces la misma jugada desde varias tomas) por lo que en el montaje cinematográfico se pierde esa credibilidad que da ver sin cortes y ensamblajes el desarrollo del juego. El efecto de realidad no se logra en las películas sobre fútbol cuando se recurre al montaje para ocultar que esas piernas son del futbolista, la cara del actor...
_El cine, por su propia naturaleza, claro, no puede mostrar la emoción del directo que logra una retransmisión deportiva (y aún más ver el partido en el propio campo) y por lo general se dedica en los últimos tiempos a ofrecer películas oficiales (documentales) sobre los diversos campeonatos.
_Tanto las películas sobre futbolistas legendarios como "La saeta rubia" (1956) sobre Di Stéfano, o sobre equipos ganadores como "En el corazón de la selección francesa" (1996) no han logrado mostrar de manera interesante lo que hay más allá del fútbol para los propios deportistas. Como parte de su film, Manuel Summers realizó en "Juguetes rotos" algo más personal y profundo sobre el futbolista Gorostiza, que con el tiempo cayó en el alcoholismo...
_En España abundaron títulos edulcorados durante el franquismo y en el tardofranquismo se realizaron películas pseudodeportivo-erótico-humorísticas, por llamarlas de alguna manera. Sin embargo recientemente se ha abierto un camino valioso y luminoso con "El portero" (2000), de Gonzalo Suárez (antiguo comentarista deportivo, una prueba más de que el amor por el cine y el deporte pueden ser igual de apasionados y profundos), que es una visión lírica más que épica en la que el director aborda el exilio interior de un guardameta represaliado por el franquismo que sobrevive recorriendo los pueblos y retando a que le marquen un penalti.
_Sin duda, este camino lírico es una de las posibilidades más apropiadas para un matrimonio feliz entre el cine y el fútbol.
_El cine británico ha profundizado más que cualquier otra cinematografía del mundo en la relación entre cine y fútbol, siendo dos notables ejemplos "Yesterday's hero" (1979) de Jackie Collins, sobre las gestas de un equipo modesto que se alza con un gran triunfo, y una película muy considerada en Gran Bretaña que es una aproximación al fútbol femenino (el fútbol no es cosa sólo de hombres) en "Gregory's girl" (1980), de Bill Forsyth.
_Varias películas han abordado fenómenos que en realidad no tienen que ver con el fútbol sino con el fanatismo (que se da en muchas más manifestaciones humanas, recuérdese a las histéricas fans de The Beatles) o directamente con la patología de los gamberros, los peligrosos hooligans que, refugiados en la multitud, ensucian el nombre del fútbol, pero ya dijo Nietzsche que "hay que ser un mar muy grande para recibir una sucia corriente sin volverse impuro". Y el fútbol es mucho más grande.
_Sin embargo a pesar del bastante esquivo y no muy alegre matrimonio entre el cine y el fútbol, Paco Gisbert concluye que "Al cine le queda el recurso de la fabulación. Transformar la realidad en arte, como ha hecho con otras manifestaciones culturales a lo largo de su historia."
_La obra maestra del cine sobre fútbol aún está, parece, por llegar, y sería bueno que llegara como hermanamiento final entre dos de las manifestaciones más populares de la humanidad actual, como reconocimiento también necesario entre determinadas élites cinéfilas demasiado encorsetadas para las que el deporte, y el fútbol en particular, no tienen el reconocimiento que en realidad se merecen. Por eso quiero recordar al gran poeta Miguel Hernández y su poema dedicado al guardameta que perdió la vida al despejar un balón y golpearse contra el poste, o los elogios encendidos, llenos de admiración, que el gran García Márquez ha dado a esos locutores deportivos que hacen de una retransmisión de fútbol toda una experiencia, sin olvidar que el propio Márquez es un cinéfilo activo con notables contribuciones al análisis cinematográfico.
_Hay muchas cosas que demuestran que, lejos de absurdas teorías elitistas que desprecian el valor del deporte en favor del puro intelecto o la sensibilidad artística, el arte, la filosofía, la literatura sin ir más lejos, el fútbol y el cine son amores perfectamente compatibles, pasiones que se pueden vivir, y se viven, de por vida y a corazón abierto.
_Yo no renunciaría a ninguno de mis amores, ni al cine, ni al fútbol, ni a la literatura, ni a la filosofía, ni en realidad a ninguna de las maravillosas manifestaciones de la Poesía de la Vida.
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bibliografía muy interesante
-Archivos de la filmoteca, 40-febrero 2002, Generalitat Valenciana (distribuye Paidós) Artículo "Fútbol y cine: un matrimonio imposible", por Paco Gisbert.
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