27/12/07

versión original, versión doblada y versión subtitulada

versión original, versión subtitulada y versión doblada

La cuestión del doblaje o el subtitulado de las películas me parece interesante y hasta trascendente, por eso quiero comentar algunas cosas. Según he leído, al subtitular una película en pantalla se condensa la totalidad del diálogo original en una proporción del 80%. Eso significa que la versión subtitulada no es una versión original subtitulada sino una resumida. Por otra parte según estudios un espectador puede realizar una lectura cómoda de una letra por cada dos imágenes (el cine tiene el estándar en 24 imágenes por segundo) con lo que podría haber una ley no escrita para subtitular como mucho 12 letras por segundo. El subtitulado es un resumen, una adaptación del texto original, no el texto original. O sea que con el doblaje se adaptan otras voces y con el subtitulado se van limando también detalles y matices.
Quiero con esto plantear que ninguna de las dos decisiones es perfecta, no puede serlo. Si se subtitula queda afectado el trabajo de fotografía, encuadre, todos los matices visuales porque mientras se lee pasan más desapercibidos (sobre todo si es una película con mucho diálogo) y también se comprime el original; si se dobla es cierto e indiscutible que se pierden las actuaciones originales, eso si lo eran porque bastantes películas se filmaban sin sonido y en estudio se añadía la voz o incluso otro intérprete la dobla ya en su versión de origen.
En el fondo tanto con el doblaje como con los subtítulos se pierde algo, y hay películas que pierden más al subtitular que al doblar, mientras que otras pierden más al doblar que al subtitular, y por supuesto también depende de la habilidad con la que se subtitule o se doble, cosa para la que hay que conocer la versión original y el idioma original para apreciarlo con suficiente criterio la mayoría de las veces.
Esta es una cuestión bastante complicada pero gracias a las posibilidades de las nuevas tecnologías cada vez es más habitual poder elegir. Elegir entre la imagen original o las interpretaciones originales y la imagen original mezclada con los subtítulos. La cuestión es que para ver una película en un idioma que no entendemos sólo hay dos maneras: una es subtitular con lo que se pierde parte del trabajo de fotografía y de composición visual de la película, y el cine es evidentemente muy visual, o la otra que es el doblaje, con lo que se pierden las interpretaciones originales, las voces y matices de los actores y actrices que han creado la película, y las interpretaciones en gran parte tienen mucho que ver con el tono de la voz, y esas modulaciones sutiles.
Resumiendo, o se lima el trabajo estético y visual o se sustituyen las interpretaciones originales, las voces auténticas de actores y actrices por las de los actores y actrices de doblaje, que a veces hacen maravillas, todo hay que decirlo. Además hay películas en las que se habla bastante (y no despacio precisamente) con lo que es más difícil mirar la película y leer los subtítulos, sobre todo si se han colocado en blanco y el fondo es blanco, con lo que cuesta saber qué pone.
Como los tiempos del cine mudo ya quedaron atrás, el cine actual tiene este problema, que se puede solucionar si se subtitula en la banda inferior del cinemascope, sin tocar la imagen, cosa que a menudo no se hace, ¡qué amor al cine!, o colocando en la proyección un sistema de subtitulado electrónico debajo de la pantalla, lo que respeta el trabajo de fotografía y permite ver y escuchar la película original.Pero la verdad, el esfuerzo de ver-leer una película subtitulada, vale la pena cuando las interpretaciones son soberbias y la película es buena, y cuando es una obra maestra es despreciar un regalo perderse las interpretaciones originales, pero también una pena tener que renunciar a parte del trabajo del director de fotografía.
A nivel personal, para ver una película corriente, yo prefiero que sea doblada (en España, además el doblaje suele ser bastante bueno) pero si quiero ver grandes interpretaciones prefiero escuchar las voces originales y perder algo del encanto visual de la película. Pero cuando estoy ante una obra de arte como Una partida de campo, de verdad que me molestan los subtítulos y me molesta la versión doblada, soy muy consciente de que estoy ante una maravilla y me estoy perdiendo algo tanto si las letras ocupan parte de la imagen y de mi atención, como si las voces están dobladas y me pierdo las interpretaciones originales, con las modulaciones propias de cada idioma, con sus matices...
Creo que ni es del todo nefasta la costumbre del doblaje como se critica a menudo como si fuera una traición poco menos al cine, ni es una solución que ni el milagro de los panes y los peces subtitular las películas, y menos con el poco cariño que suele hacerse, con las letras blancas, incluso sin aprovechar las franjas negras...
En realidad, si de fidelidad al cine se tratara, incluso el doblaje sería más fiel en cierto modo porque la película verdaderamente se hace con la intención de que sea vista y escuchada sin tener que leer. La versión original de una película no tiene subtítulos (salvo si se han usado momentáneamente por razones del argumento, respetando idiomas distintos a los de los personajes) y las voces originales no se entienden en el extranjero. Realmente no hay una solución perfecta a no ser que nos volvamos políglotas, pero muy políglotas.
Este asunto me parece un dilema casi épico, cuando quiero ver una película de mi amado Woody Allen, con esos magníficos diálogos, a veces con imágenes portentosas como las de Manhattan, ¿qué es menos malo, perderme las interpretaciones originales, magistrales, o perderme parte de los diálogos con los subtítulos, o perderme parte de la fuerza visual de la película (Allen ha contado con directores de fotografía excepcionales) mientras leo los subtítulos? Es un poco maniqueo eso de decir que el doblaje es malo y lo bueno es subtitular, subtitular también tiene sus pegas, como las tiene doblar. Yo, de verdad que ni tengo la solución ni creo que haya que decantarse siempre por una de las dos opciones. Lo ideal sería conocer el idioma original o ver la película dos veces, una doblada y una subtitulada, pero en ninguno de los dos casos es de verdad la versión original y auténtica, no lo olvidemos, sino la versión doblada o la versión subtitulada.