31/12/07

directores para la historia: RAOUL WALSH

Con más de 130 películas y una carrera de cincuenta años, el director de películas de acción Raoul Walsh fue uno de los cineastas más reconocidos de Hollywood. Antes de El ladrón de Bagdad había colaborado en la epopeya sobre la guerra de la independencia americana de D.W. Griffith El nacimiento de una nación (The birth of a nation, 1915) como ayudante de dirección, cortador y actor (fue el hombre que disparó a Abraham Lincoln). Gran parte de su obra temprana no se ha conservado, pero ya en Regeneration (1915), una historia de gánsteres ambientada en Nueva York, se aprecia su buen ojo para captar el modo de vida de los ambientes más modestos, que también mostraría en películas posteriores. En un extraño accidente de coche en el que impactó contra una liebre perdió un ojo y se convirtió en el estereotipo del malhumorado director de Hollywood con parche.

Raoul Walsh, que había abandonado el hogar a los quince años, no tenía formación ni familia, características que le asemejaban a sus protagonistas, ya que todos ellos luchan únicamente con sus propios medios. Tras un período difícil en la década de 1930, creó toda una serie de clásicos entre los que se hallan Los violentos años 20 (The roaring twenties, 1939), La pasión ciega (They drive by night, 1940), Murieron con las botas puestas (They died with their booots on, 1941) y El último refugio (High Sierra, 1940). El traspaso a la Warrne Bros. le permitió trabajar con jóvenes talentos como James Cagney, Humphrey Bogart o Errol Flynn. Se trataba de duras películas de gánsteres o westerns, sin duda dirigidas al público masculino, que incorporaban siempre un profundo interés psicológico y figuras femeninas con carácter. El cénit de su creación es Al rojo vivo (White heat, 1949), una película de cine negro tardío con un final fantástico: James Cagney, un asesino psicópata con complejo de Edipo vuela por los aires con gran estruendo desde un tanque de combustible ("¡Lo he conseguido, mamá!¡He llegado a lo más alto!"). Raoul Walsh murió en 1980 a los noventa y tres años.

(en Cine de los 30 e inicios de la cinematografía, Jürgen Müller, Taschen 2007)



algo más...

En la categoría de clásicos, mejor es remarcarlo, hay que incluir también El ladrón de Bagdad (1924), que es una de las mejores películas de la época muda.