El director danés Carl Theodor Dreyer nació el 3 de febrero de 1889 en Copenhague. Tras dedicarse un tiempo al periodismo, en 1912 se inició en la industria cinematográfica danesa, que en aquellos momentos era una de las más potentes de Europa. Dreyer empezó escribiendo guiones y debutó tras la cámara con El presidente (1918-1919). Su segundo trabajo como realizador fue Páginas del libro de Satán (1919-1921), una cinta en cuatro episodios sobre las tentaciones del mal cuya estructura se inspira en el clásico de D.W. Griffith Intolerancia (1916). Durante una estancia en Berlín llevada a cabo en 1923 dirigió Michael (1923-1924), una cinta sobre la relación homosexual de un pintor. Dreyer alcanzó la fama en 1928 con la adaptación cinematográfica del calvario de Juana de Orleans (La pasión y muerte de Juana de Arco). Sus expresivos primeros planos de la actriz Maria Falconetti y la excelente interpretación de esta última entraron en los anales de la historia del cine. Tras el fiasco que supuso La bruja vampiro (1932) le costó mucho tiempo poner en pie un nuevo proyecto. Su siguiente cinta apareció durante la ocupación alemana de Dinamarca. Hablamos de Dies irae (1943), una nueva incursión en el tema de la tentación del mal. Después vendrían algunos documentales para el gobierno danés y filmes de ficción como La palabra (1954) o Gertrud (1964), en los que el cineasta recuperó su característico lenguaje estético. Carl Theodor Dreyer falleció el 20 de marzo de 1968 en Copenhague.
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-(en Cine de los 30, Jürgen Müller, Taschen, 2006)
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-algo más
La filmografía de Dreyer en lo estético guarda relación con la del pintor Hammershøi, como ha puesto de relieve una exposicion.en el CCCB... http://www.diariosur.es/prensa/20070126/cultura/muestra-enfrenta-filmes-dreyer_20070126.html
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La maestría con la que abordó el cine en la época muda dejó una cinta que casi habla y que resulta no sólo inolvidable sino una de las experiencias más arrebatadoras que el cine puede ofrecer, en La pasión de Juana de Arco. Obras maestras como la anterior, La palabra (Ordet) y Gertrud muestran a un director con una personalidad propia e intereses espirituales. Su legado intenta ser recogido en parte en la actualidad por el también danés Lars Von Trier, cuya Rompiendo las olas, tiene ecos del maestro Dreyer.
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Por último, aunque es poco, reivindicar en especial su magnífica, maravillosa e inolvidable La palabra (Ordet), que para quien escribe es una de las mejores películas de la historia del cine, y sin duda la que más hondo me ha llegado.
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